Existen cosas que no podemos elegir: a nuestros padres, donde nacemos o nuestra educación. En cierta medida, todos estamos sujetos a un molde prefabricado que teóricamente sirve para cimentar nuestros valores, comportamiento, educación (y parcialmente también nuestra personalidad).
ES algo que supuestamente debe darnos una estabilidad y proveernos de unos buenos cimientos que nos ayuden a ser felices y dichosos, conseguir nuestras metas, sentirnos realizados,...
Confiamos que estas decisiones sean acertadas, pero no dependen de nosotros.Pero cuando crecemos, poco a poco vamos cobrando la libertad para decidir.La libertad es algo peligroso si no se sabe hacer un buen uso. Sería perfecto poder escoger directamente aquello que fuera más acorde con nuestros gustos, el sitio perfecto para vivir, una gente maravillosa con quien relacionarse,...
Sin embargo, igual que con nuestros padres estamos sujetos a otras decisiones que no podemos controlar.Aunque existen muchos momentos, pequeños momentos que nos ayudan a sentirnos mejor, felices, contentos. Gente que saca lo mejor que nosotros y con la que nos sentimos a gusto:
A los que tararean la musica que van escuchando en el mp3, a los que hacen caras mientras se miran al espejo, a los que bailan a su manera sin importar qué piensen los demás, a los que disfrutan leyendo un buen libro, a los que chocan la mano para celebrar un triunfo, a los que sueltan una lágrima de tanto reír, a los que celebran los éxitos sin necesidad de presumir, a los que miran a los ojos cuando te hablan, a los que no necesitan un motivo para sonreir, a los que gozan cada noche (o mañana) leyendo como les ha ido el día a otros bloggers.
A los que luchan por mejorar cada día, a los que no esconden lo que piensan, a los que no buscan eufemismos para definir sus realidades, a los que no dudan en rectificar cuando comprueban sus errores, a los que no usan la mentira para alcanzar sus objetivos, a los que siguen su camino que no es siempre el más fácil, a los que no renuncian a ser ellos mismos.
A los que entienden sin necesidad de palabras, a los que creen, a los que no pierden nunca la esperanza, a los que te apoyan cuando lo necesitas, a los que sienten que forman parte de un equipo, a los que saben escuchar, a los que te hacen sentir especial, a los que no rehúyen el contacto para expresar sus sentimientos, a los que viven la vida con pasión.
Buscamos gente que nos haga sentir bien.
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