viernes, 14 de diciembre de 2007

Ser orgulloso vs. sentirse orgulloso


"Ser orgulloso o sentirse orgulloso son dos polos opuestos.
Los orgullosos son aquellos que tienen el ego excesivamente cocinado. Aunque a veces y por necesidad de subsistencia hay que tragarlos, su chamusquina siempre es indigerible y tiende a provocar vómitos.
Sin embargo, cuando el orgullo se transforma en sentimiento, su significado gira en redondo. Sentir orgullo es el combustible de la convicción, la energía que nos aísla de de la frialdad de la duda, la brasa que mantiene cálido el cerebro.
El sentimiento de orgullo hace el trabajo un armazón íntimo sobre el que construimos nuestra pertenencia a una família, a un grupo, a un país. Se refuerza con realidades: la honestidad, el ejemplo, la capacidad, los éxitos y se destruye con estupideces: la crítica idiota y permanente, la avaricia de poltrona, la mediocridad, la falta de visión y ambición.
Sin sentimiento de orgullo nace la indiferencia, la apatía e incluso lo que es peor, la frustración."

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