sábado, 28 de julio de 2007

Dias de vacaciones

Después de un par de semanas de vacaciones relativas (digo relativas porque no he viajado a ningún lado, tan sólo playa y descanso) se aproxima la vuelta al trabajo en un mes de Agosto en que me esperan horas sentado tras una pantalla de ordenador en una estancia semidesierta de empleados. Por ello, aprovecho para dejar unas pocas líneas sobre qué he sentido estos últimos días.

Durante el año, son pocos días que puedo disfrutar para relajarme y hacer aquello que no me es posible con la vuelta a la rutina. Este año (como siempre), he decidido compartir estos días con mi "familia", mi madre y mi hermana con sus parejas.

De forma recurrente durante el largo año, me inclino a pensar que lo mejor que puedo hacer es pasar estos días con ellos, pues durante el año la relación que tenemos no es muy estrecha pero tambíen comprendo de forma progresiva que existen ciertas actitudes que permanecen impertérritas en algunas relaciones familiares, en particular más en aquellas que han sufrido una separación o disgregación.

Nos resistimos a superar ciertas etapas especialmente importantes de nuestra vida.
Estan allí. Omnipresentes, esperando su momento para entrar en escena. Ocupan de forma incontrolable un espacio en algún lugar de tu cabeza. Y de alguna manera que no alcanzo a entender siempre logran resurgir y despertar recuerdos, que pueden ser cercanos o lejanos, dolorosos o felices, rencillas o complicidades, llegando a veces a poseer cuotas de protagonismo tan importantes como innecesarias.

Status quo.
En todas las familias, el tiempo asigna un rol a cada uno de los miembros que la componen. Como si de una novela se tratase, en la que poco a poco un narrador a caracterizado a los personajes te encuentras con la difícil tarea de romper clichés pasados y mostrarte tal cómo eres hoy en día. Todos evolucionamos pero en nuestra família, los cambios se sienten diferente.

Es difícil sobreponerse a este tipo de actitudes, pero lo más duro es analizar la realidad que subyace en ello : una pérdida doble:

- Pierde el que no te acepta tal y como eres hoy en día, el que no espera, el que no escucha creyendo conocerte suficientemente.
- Pierde el que no transmite, el que no comunica, el que no vacía y comparte (con sus seres más apreciados) todo aquello que ha aprendido y experimentado por miedo, duda u oportunidad.

Y perder es algo que debemos evitar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas!
Yo hago vacaciones del blog, ya sabes que estaré ocupado todo el año haciendo el máster...
Por lo demás decirte que haces muy bien de ver a tu familia ahora ya que el resto del año no puedes. No eres el único. Tengo un amigo que dice "Ma mare no està
fina, li arriba la jubilació i només fà que mirar enrere, fer balanç i pensar que té les mans buides i un futur al que li té molta por. Jo li diria moltes
coses, com ara que pensi en els seus fills que l’estimem, els nets que l’adoren, però em trobo amb l’escorça d’un roure petrificat. L’única cosa que puc fer es seure
al seu costat mirant al mar. Perquè
realment no podem fer quelcom per ningú, si no és acompanyar, regalar el nostre temps".
Crec que té raó, espero que puguis acompañar molt de temps a les persones que t'estimen. Comunicar, estimar...