miércoles, 11 de julio de 2007

Superar tus límites


¿ Qué nos impulsa a superarnos? ¿Qué sucede en nuestro interior cuando nos obligamos a entregar el máximo?

De qué forma podríamos medir, cuantificar la entrega, el compromiso, el esfuerzo cuando deseamos llegar más lejos, más rápido o más alto.

Buscamos superarnos cuando exploramos regiones que se encuentran en las fronteras de nuestras posibilidades, cuando nuestra ambición no se conforma con obtener aquello que tiene al alcance, conocedora de que existen colinas que escalar, valles que recorrer o territorios que se encuentran en nuestro interior pero que permanecen la inconsciencia de lo ignoto.

¿Por qué el esfuerzo, el sacrificio, el riesgo, la exposición a la derrota, la decepción o el fracaso?

Para saborear la curiosa y deliciosa esencia de aspirar a lo máximo, la desconocida sensación de lo nuevo, el ardiente fuego de la adrenalina recorriendo tu cuerpo, el sentimiento de realización personal, de autoconfianza, ...

Desearía poder guardarlos en frascos pequeños para beber de ellos cuando me encuentro en alguno de los estados carenciales que en los últimos tiempos asolan a nuestra sociedad en general, a mí en particular.

La parte más importante de nuestro trabajo (en cualquiera que hagamos) es nuestro compromiso, nuestro esfuerzo, la entrega que se realiza a la causa, la voluntad e iniciativa por encontrar formas de mejorar en aquello que nos involucramos.

El deseo de mejorar es lo que hace al mejor ser el mejor, y a cada un@ el/la mejor que podamos llevar dentro.

Para mí, es la mejor receta para romper un mundo que se intenta parametrizar en variables y macroindicadores que permitan estudiar o prever nuestro comportamiento.

Como nuestros antepasados de la edad media, vivimos en una pequeña parte de nuestro mundo que hemos ido desarrollando y acomodando a nuestros gustos y preferencias.

Aún así, ocasionalmente nos enfundamos el traje de explorador, aceptamos el desafío interno que con frecuencia nos recorre, aquél que supone abandonar la comodidad, la calidez y la seguridad de lo conocido.

Pero en nuestras coincidencias como grupo radican nuestras diferencias como individuos, por la aleatoriedad de nuestro libre albedrío, por la imposibilidad de limitar lo desconocido o caracterizar un todo,

Por todo ello necesitamos buscar nuestros límites, superar nuestros logros, abrir nuevas puertas y recorrer nuevos caminos que pese a encontrarse tras un cruce da calles que recorremos a diario renunciamos a recorrer tal vez por pereza, desídia, miedo,...

¿Cuánto hace que no te enfundas el traje de explorador?

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