jueves, 7 de junio de 2007

No sólo de pan vive el hombre (y la mujer)

Carne y huevos para los músculos, frutos secos para la memoria, leche y yogures para los huesos, fruta con vitaminas para las defensas, ...

En algún momento u otro todos hemos oído hablar de la importancia de tener una dieta equilibrada i variada. Una
entelequia piramidal que asocia un grupo de alimentos a cada uno de los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para encontrarse bien.

En nuestra libertad, seleccionamos entre una amplia gama aquellos que más nos agradan, pero nuestro cuerpo sabiamente nos hace saber cuando hemos descuidado alguno de los ladrillos de la pirámide, nos avisa cuando nota alguna carencia o cuando percibe que algo no funciona bien.


Las personas tambien necesitamos "alimentar" nuestra alma, darle certezas en las cuales creer, objetivos por los cuales luchar, ilusiones que nos permitan soñar, éxitos para celebrar, emociones con las que vibrar, tonterías para reír, historias para evadirse,... ... y sobretodo personas, personas importantes, que nos permitan conocer y compartir realidades y sueños, temores y certezas, luchas y celebraciones, risas, secretos, historias,...

Personas en las que confiar, nos escuchan cuando necesitamos hablar, estan allí cuando nos sentimos solos, que son agua cuando tenemos sed, que confían en nosotros cuando dudamos, que nos sirven de apoyo si nos tambaleamos, y son un impulso cuando triunfamos.

En caso de necesidad, acudimos a expertos en nutrición que nos aconsejan como suplir alguna carencia alimentaria, diseñan una dieta que se ajusta a nosotros, que nos aporta aquello que nos puede faltar o nos exime de consumir aquello de lo que pecamos en exceso.

Se ayudan de elementos específicos que nos ayudan a compensar nuestros desequilibrios, listan una serie de hábitos y costumbres que pueden colaborar a recuperar una estabilidad en aquellos que nos hemos sobrepasado, nos ayudan a encontrar una regularidad para nuestro bienestar.

Pero que pasa cuando nuestro interior se encuentra descompensado?

Es curioso como de forma inconsciente recurrimos a recuerdos y personas para copar esas
carencias, llenar esos vacíos y vaciar esos caudolosos ríos de sensaciones que nos recorren.

Personas
en las que buscar una sonrisa cuando no estamos felices, en las que dipositar nuestra confianza cuando necesitamos compartir nuestras euforias,

Recuerdos, cuando utilizamos la impronta de momentos que quedaron grabados en nuestras vidas,que saboreamos cuando recordamos cada uno de los gestos, palabras, miradas como manjares que degustmos con nostalgia, felicidad, pasion,...

Y asociamos aquello que nos falta con una persona, o un momento especial.

1 comentario:

mireia dijo...

Si se me permite, modificaré el titulo para no entrar en una guerra de sexos.
'No sólo de pan vive el ser humano'

La alimentación es muy importante para el ser humano ya que si careciéramos de ella no sobreviviríamos, por eso la alimentación del alma/cuerpo es una necesidad vital.
Alimentar a nuestro corazón con un amor sincero para que lata con fuerza cada día más y más.
Alimentar nuestra mirada con un rostro conocido y sonriente nos ayuda a pasar la monotonia de los días.
Alimentar nuestros oídos con palabras dulces que nos digan cuánto valemos y lo importante que somos para alguien.
Alimentar nuestra piel con caricias suaves.

Todo ello es necesario para muchos de nosotros y que carecemos en alguna época de nuestra vida.