viernes, 15 de junio de 2007

El beneficio de la duda

"La razón es un logaritmo, el sentimiento es una brisa, el instinto es un vendaval.

En el mejor y preferible de los casos nos movemos entre los tres, porque la ausencia de uno de ellos nos lleva, en un extremo a la inconsistencia, y en el otro al fanatismo, esa hipertrofia de las neuronas que siempre desemboca en las cloacas de los fascismos.

¡Cuánta grandeza hay en la duda íntima, profunda, sentida y razonada, aquella que jamás se deja mecer en los brazos de predicadores siempre interesados y efímeros! ¡Cuánto talento evidencia el no saber, el reconocer el "no" y el penetrar con humildad en el "quizás"! ¡Cuánta seguridad da irse a dormir con la inquietud y despertarse con la duda, sabiendo que la única verdad que configura nuestra ruta es la que sabemos construir nosotros mismos, sin los intereses interesados de los demás!

Es nuestra única condición: la humana. Siempre oscilaremos entre el instinto, el sentimiento y la razón. Los iremos combinando y dosificando, dependiendo del instante, de nuestras fuerzas, potencias, temores y debilidades.

Y al final, cuando se nos acaban todos los paisajes, surge y nos penetra el de nuestra rasante supervivencia. El paisaje más profundo y auténtico porque se apoya en el personal horizonte de nuestras privadas razones, se perfila en las sinuosidades únicas de nuestros sentimientos y traspasa nubes y cielos con la eléctrica animalidad de nuestros instintos." (Ángela Becerra).


Cada palabra, acción, mirada, decisión, nace como algo indescriptible en nuestro interior que conjuga razón, sentimiento e instinto.La incapacidad de controlar esta mezcla es lo que nos hace únicos e irrepetibles. Diferentes, pero todos capaces de sentir de razonar, sentir, intuir.

En nuestra vida, nos movemos en este baile inconsciente: balanceándonos entre ideas y pasiones, apoyándonos en objetivos; sosteniendos sentimientos; dejándonos llevar por nuestros miedos y convicciones; rodando alrededor de nuestros instintos,...

Inevitablemente en cada uno de nosotros, alguna de las componentes tiene más peso, más fuerza y en ciertos momentos en que notamos que nuestro despazamiento, nos ha transporta sigilosamente lejos de una posición de equilibrio,...

Buscamos aquello de lo que carecemos, ansiamos lo que no poseemos porque...

Nadie renuncia a experimentar todo lo que la vida nos ofrece, el conocimiento sobre aquello que nos intriga, el disfrute de aquello que no hemos experimentado, la reacción resuelta en un impulso ilógico y animal,...

Pero una búsqueda de algo nuevo no entraña el olvido de algo conocido, no suplanta el goce de una antigua realidad, una vívida pasión, un creciente sentimiento,... permite incorporar algo nuevo a tu interior pero además complementa aquello que posees en tu interior, lo condimenta con sabores, lo matiza con nuevos colores, lo alimenta de nueva salvia en una fotosíntesis sentimental.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Éste post me recuerda unas palabras de Jaime Balmes:
“ La razón
es fría, pero ve claro:
darle calor y no ofuscar su claridad;
Las pasiones son ciegas, pero dan fuerza:
darles dirección y aprovecharse de su fuerza;
El entendimiento sometido a la verdad,
La voluntad sometida a la moral,
Las pasiones sometidas al entendimiento y a la voluntad,
Y todo ilustrado, dirigido, elevado por la religión ;

En la persona la razón da luz, la imaginación pinta,
el corazón vivifica y la religión diviniza ”.

mireia dijo...

"Siempre me traiciona la razón y me domina el corazón, no se luchar contra el amor.."-Camilo Sesto-

Parece ser q la razón y la pasión son incompatibles al tratar con el amor.

La pasión en soledad goza de recuerdos vividos, recuerdos de un ayer inborrable e inolvidable.
Palabras, miradas, gestos, besos, insustituibles.

Pasión entrelazada con amor racional, y viceversa, EQUILIBRIO PERFECTO.